domingo, 18 de enero de 2009

La cita I

Llego al hotel, pido la habitación que habíamos reservado para el encuentro, me da una llave, pregunto si llegaste y me dice que no. Mientras subo decido llamarte para decirte que ya estoy y me dices que tardarás una hora. Entro en la habitación, es tal como salía en la foto, preciosa, una cama amplia y una detallada decoración.

Me encuentro cansada del viaje y nerviosa, aún falta una hora para verte, no se me va a pasar el tiempo, me descalzo, además de gustarme andar descalza estos tacones me están matando, doy una vuelta por la habitación curioseando todo, abro una puerta y me encuentro un baño de ensueño, con una bañera enorme de hidromasaje, creo que ya sé donde se me va a pasar el tiempo, en una hora, si no me mojo el pelo, me dará tiempo a darme un baño relax mientras escucho música con mi mp3 y así la espera se me hará más breve.

Mientras se llena el baño, pongo la alarma en el móvil, 30 minutos, para que me de tiempo a salir y arreglarme para ti, me desnudo dejando la ropa estirada en la cama, preparada para ponerla de nuevo al salir.

Meto un pie en el agua, está muy caliente, me cuesta entrar, pero me encanta esa sensación de calor que me recubre al acostarme, procuro que el pelo no se moje haciéndole una coleta, me pongo los auriculares y empieza a sonar una canción (http://es.youtube.com/watch?v=QYEC4TZsy-Y) cierro los ojos e imagino como será verte, que entras por la puerta y... que intriga, no sé si nos besaremos, no sé que diremos, realmente la espera va a ser dura.

Llegas al hotel, te dan la otra llave de la puerta, abres y lo primero que ves es mi ropa encima de la cama, querías darme una sorpresa, solo hacía 15 minutos que habláramos, me llamas por mi nombre pero no respondo, miras la habitación, ves la luz del baño encendida, te asomas a mirar y me encuentras en la bañera, llena de espuma, solo sobresale mi cabeza, con los ojos cerrados, te das cuenta de que no te escucho porque tengo la música, te acercas despacio y me das un suave beso en los labios.

Abro los ojos asustada y te veo ahí mirándome, me sonrojo porque no esperaba que fuese así, te beso, casi con miedo, un beso suave, un beso tímido, como si tuviera miedo de romper la magia, sonríes, me encanta tu sonrisa, todo parece un sueño, intento explicarte que estaba en la bañera para hacer tiempo, pero no me dejas que siga hablando, vuelves a besarme y esta vez es tu pasión, la que me devuelve la sensación de que eres real, que no eres producto de un sueño, de mi imaginación, al querer abrazarte me doy cuenta de que te mojo, entonces te digo que casi mejor salgo o te empaparé y tú me dices que no salga, que prefieres que siga ahí, sobre todo si te dejo compartir bañera y ayudarme en mi baño, sonrío, no hay nada que desee más, en dos segundos te tengo a mi lado, es increíble, hace nada que nos conocemos y nuestras pieles ya se tocan.

Empiezas a lavarme por un pie, parándote en cada dedo, sin que sienta cosquillas, vuelvo a cerrar los ojos para deleitarme de este nuevo placer desconocido hasta ahora, subes por la pierna acariciando con tus manos jabonosas cada centímetro de mi piel, llegas al muslo, tus caricias son suaves, delicadas y con mucho sentimiento, saltas al otro pie para repetir la misma situación. Ahora sigues por mis manos, dedo por dedo, al igual que antes, el brazo y llegas hasta el hombro, después repites en la otra mano, al llegar al hombro de nuevo, me das un cálido beso, abro los ojos para recordar que sigue siendo real, tus manos jabonosas siguen acariciándome, ahora en mi escote, bajando hacia mis pechos, noto como un escalofrío me recorre el cuerpo, me encanta como usas tus manos expertas, tocas cada centímetro de mi piel, sin dejar nada olvidado, al tocar mis pezones notas como se ponen rígidos, mi cuerpo se llena de sensaciones, desciendes hacia mi cintura, acaricias mi cadera, tu mano está de nuevo en mi muslo, ahora acariciando la parte interna, subiendo hacia la ingle, tus caricias se vuelven todavía más delicadas, sabes que es una zona muy sensible y la tratas con gran cuidado y cariño, tocas cada pliegue, cada centímetro haciendo que mi cuerpo se pierda entre tantas emociones y sensaciones.

No puedo dejar que te centres solo en mí, tú también necesitas mis caricias, te beso y te invito a que te relajes ahora tú, empiezo por tus pies, imito todos tus movimientos, intento que no quede ningún centímetro de tu piel sin tocar....

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