lunes, 23 de marzo de 2009

Tengo todo no teniendo nada

Una noche más la misma pesadilla, me he vuelto a despertar sobresaltada, me he girado rápidamente hacia el otro lado de la cama y una vez más, no estabas.
Alargo la mano y las sábanas en contacto con mis dedos sólo me confirman tu ausencia. Dirijo la mirada hacia el techo y en medio de la oscuridad, me quedo esperando que algo me devuelva la calma, que me dé la fuerza que únicamente tengo cuando estás a mi lado.
Ni puedo, ni quiero volver a dormir, no quiero que se repita, estoy asustada.
Me revuelvo con lentitud hasta alcanzar el móvil y otra vez vuelvo a marcar tu número. Miro fijamente la pantalla: mi instinto me dice que pulse el botón de llamada, mi cabeza dice que sea sensata, que no son horas. Mi pulgar acaricia la tecla mientras sigue pensando, para finalmente decidir que es mejor que el teléfono vuelva a su lugar en la mesilla de noche.

Vuelvo a suspirar y cada noche pienso en ti aunque me haga daño. Debería restar los días que faltan para que vuelvas, ser optimista y pensar que cada vez queda menos, pero se hacen inmensos los días que no has estado aquí, los que no me has susurrado al oído que me amas, los que no he sentido tu calor mientras duermo...
Por un momento finjo que ya no tengo miedo y cierro los ojos. Por un momento me ha parecido sentir que tus manos han recorrido mi espalda y mi vientre, que me has aprisionado en tus brazos y he podido sentir tu respiración sobre mi piel. Me ha parecido sentir que me besas y que, con uno de tus dedos, has decidido marcar sobre mi cuerpo el camino que va a seguir tu boca, con ese mismo dedo que has deslizado sobre mis muslos, separándolos y metiéndote dentro. Por un segundo, me miras y retiras un mechón de pelo sobre mi frente. "Todavía no me has dicho qué tal estoy de rubia" - susurro como si tuviera miedo a que alguien me escuchase. "Muy sexy" - me contestas como si tuvieras el mismo temor - "Qué carita, qué sonrisita, qué mirada... Me gusta como te ríes, dulce... inocentona...".
Empiezo a besarte frenéticamente, no me basta con sentir tu piel pegada a la mía, necesito más, te necesito como una prolongación mía. Como si mis deseos fueran escuchados por fin te he sentido dentro, con la firmeza que te caracteriza, con ritmo lento, muy profundo, mientras tus manos sujetan las mías contra la almohada...

Una canción me saca de mi letargo, vuelvo a coger el teléfono y la sonrisa que tanto te hipnotiza, ilumina mi cara y toda la habitación cuando ve tu nombre en la pantalla. Descuelgo nerviosa.

- Buenas noches, mi niño
- Buenas noches, princesa. ¿Me echas de menos?
- No veo el momento de que vuelvas
- Pues ábreme la puerta

5 comentarios:

  1. Precioso tu escrito y que sigas sonriendo :D

    He tenido que cerrar mi blog, por problemas de plagios y falsas acusaciones, ahora tengo otro GRACIAS Y PERDONAD LAS MOLESTIAS.
    http://paseandoporterra2.blogspot.com/

    Besosss

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  2. Que lindoooo..
    Que nunca cese esa felicidad..
    Besos muy cálidos

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  3. ayyyyyyyy! me encantaaaa! quee pasionaaal! me encantaaa! tee sigoooooo!

    pasate por el mío haber si te gustaa!
    graaciaas un besooo!

    teeesiiigoooooooooooo!

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  4. Un post deliciosamente perfecto y acaba genial, me gustó micho.

    Un beso !!

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  5. Lo ameee. Que lindo :) eres muy buena!

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